Los Melones biológicos

Hacer agricultura biológica significa desarrollar un modelo de producción de hortaliza fresca, fruta fresca y hortalizas frescas en el máximo respeto de los recursos naturales, para preservar el entorno y la salud del consumidor.

Como todas las variedades hortofrutícolas más comercializadas, también hoy los melones son valorados por el punto de vista biológico, en virtud del posible control parasitario con los productos fitosanitarios a disposición;  la agricultura biológica y con este la producción de melones biológicos, en efecto, entran cada vez más en la conciencia del consumidor, ya que producen frutos frescos de elevada calidad, provenientes de una agricultura de prevención que obra sobre todo en la mejoría de la fertilidad del terreno, para contener, reducir o eliminar los problemas de cultivo.

En particular, por el melón biológico uno de los problemas más grandes está en el control de las hierbas infestantes, no existiendo un producto de origen natural que pare el crecimiento de estas plantas y no pudiendo utilizar herbicida de síntesis, la dificultad de contener estas hierbas consiste en el casi exclusivo recurso a medios físicos y mecánicos. Para optimizar las técnicas del cultivo biológico de este producto hortofrutícola se puede eventualmente recurrir a la "falsa siembra", al empleo de variedad de plantas de melones más vigorosos y rústicos con rotaciones culturales y sexto de instalación más idónea a crear condiciones adversas a las hierbas infestadas; utilizar maquinarias específicas (es: escarificadores o rastrillos o además máquinas por el pirodiserbo), o recurrir a los acolchados, técnicas de cobertura de los terrenos agrícolas finalizadas a limitar el desarrollo de las hierbas infestadas, sacándoles luz y aire y en algunos casos a mantener la temperatura del terreno.

Cada vez más en todos casos son los productores que hacen esta elección y producen melones biológicos.

Los productos hortofrutícolas provenientes de agricultura biológica son conseguidos a través de la aplicación de métodos productivos que autorizan el solo empleo de sustancias de origen natural. Las empresas productoras de melones biológicos siguen por lo tanto esta norma durante el período de fertilización de este planta.
Se trata de un paso extremadamente importante para el consumidor, ya que se perfila la calidad del proceso y la hilera productiva, garantizada por la etiquetadura del producto hortofrutícola biológico sobre el mercado internacional, con empresas hortofrutícolas productoras de melones certificado según las normas dictadas en materia de agricultura biológica de la Unión Europea, con el Reglamento europeo 2092/91, sucesivamente abrogado con lo nuevo CE 834/2007, instituido para tutelar el entorno. La etiqueta es así, de hecho, la "certificación" de productos hortofrutícolas válidos, sanos y cualitativamente superiores.

Entre las variedades de melones aptos por la agricultura biológica las más conocidas son:

  • BAGGIO: variedad de melón a ciclo mediano  tardío, con maduración a escalar. Es de forma ovalada, de calibre mediano grande, retatura denso con rebanadas bien marcadas y solcature longitudinales de excepcional espesor. La pulpa es de color naranjo muy intenso, dura y azucarada. Por su óptimo conservabilidad en post-recogida, es muy estimado por el comercio de importación y exportación.
  • MELÓN HELIOS (O MELÓN AMARILLO): el melón amarillo también es conocido con el nombre de "Melón de invierno" por su característica de poder ser conservado durante mucho tiempo, a veces hasta enero. Aunque conocido y consumado como fruto, es a todos los efectos una hortaliza de la familia de los Cucurbitacee. De medianas dimensiones, a cáscara externa bastante coriácea y de color amarillo intenso, bastante lisa, generalmente carente de las clásicas hendiduras del melón tradicional. La pulpa es blanca  amarillenta (de aquí también Melón Blanco), carnosa, muy rica en agua, bastante aromática y azucarada, con presencia de semilla amarilla.

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